jueves, 11 de agosto de 2011

Reflexiones desde el margen # 21

La tecla

Veo seres dorados, de alas blancas, creados por artesana mano divina, uno a uno. Todos distintos, todos iguales, todos hechos del fuego que late en el corazón de galaxias lejanas preñadas de estrellas, todos de naturaleza aérea, de caminos anchos e infinitos...
… y todos a ras de tierra, con las alas plegadas, el fulgor de la piel apagado, apiñados, sin conciencia del otro, sordos, sin saber qué es aquello que son, viviendo pequeñitas vidas como cabeza de alfiler.
¿Cómo despertarlos, cómo elevar la voz, cómo atronar la Tierra para que alzen la mirada, para que caiga el velo de los ojos?
No existe tecla alguna que pulsar para producir el despertar... quizá tan sólo quede... amarlos.

Amemos, mientras observamos el vuelo de las hojas otoñales.